Trotamundos

por Somnoliento

Viajera, valiente musa

“puglianna” de carne y hueso,
río siempre
que el viento usa tu sonrisa,
lloro alegre cuando el tiempo
me reprende.
Agua y frío en la tormenta,
que resiste agazapada
en los muertos
de la noche clara y lenta;
noche que vive encumbrada
en recuerdos.
Hubo de caricias mares
que se tornaron en sangre,
al pasar
los muchos meses a pares;
siempre duele lo que es hambre:
recordar
es el difícil esfuerzo
del que añora alimentarse
del pasado,
es la virtud del mastuerzo
que gusta en el fue saciarse,
aun saciado.

Las calles de una ciudad,

escondida en bruma y calma,
son tus ojos;
lunas de felicidad
que recomponían mi alma
y sus rotos.
De las santas y ebrias manos
que tu rostro recorrían,
nada queda,
sólo retales de encantos,
aromas que gritarían
rabia y pena.

Sigue leyendo

Deja un comentario