La cosa es que yo no soy sólo una parte. Nunca me he sentido parte, sino todo. Todo por ser yo mismo. Las partes suelen perderse solas, y aunque solo, y aún siendo un todo, he podido encontrarme seco, yerto, un poco parte, aislada y fría, duró poco, lo que tardé en volver al calor y dejar de ser parte para volver a ser parte del todo, que no es lo mismo, que no es más que ser el mismo todo.
Y si yo soy todo, tú también; tú parte de mi todo, yo todo, de tu parte.