TEORÍAS DESCABELLADAS III

por Somnoliento

LOS 3 SEXOS III

Yo soy un ainar o tercer sexo, heterosexual, vengo de casa de unos amigos de tomarme unas copas y entramos en el bar de todos los sábados. Acabo de pasar un tiempo duro, por el final de una relación, algo tempestuosa, y me apetecería poder pillar esa noche, olvidarme un poco de todo. Busco algo divertido y sin compromiso.

Echo un vistazo por el bar y veo que cosas que me gustan. Veo algunos tríos, acaramelados, tomando cócteles de esos de colores, pinta de aburridos. Unas cuantas parejas, con bastante confianza, posiblemente con la intención de encontrar un tercero. Y sobre todo, muchas personas solas y con bastante potencial. Y cuando digo “ con potencial”, es que me interesan más allá de lo que veo.

La verdad es que no me encuentro en la mejor disposición, después de haberlo pasado tan mal, física y mentalmente, por eso prefiero no mezclarme con la típica pareja buscona. Están demasiado hechos y luego me aburro, siempre van buscando lo mismo, no estoy para eso. Me apetece conocer gente nueva y divertirme un rato, eso es todo.

Nos hemos tomado ya unas copas y la conversación sube de tono. Cada vez que nos reunimos con la gente de la universidad, la tensión sexual se puede cortar con cuchillo; demasiadas historias no resueltas… Pero yo no quiero a nadie conocido. Ya algo borracho, me decido acercarme a un grupito donde hay una chica a la que he echado el ojo. Me quedo un rato bailando cerca y veo que responde, buen comienzo. En unos minutos estoy charlando con ella. Efectivamente, tal y como pensaba, no es sólo guapa, también parece inteligente. Y lo que es más importante, creo que dispuesta a algo; que me sigue el rollo, vamos.

Estamos un rato charlando, nos tomamos otra copilla y la cosa empieza a ir bien. Estoy viendo señales, pero no sé si lanzarme. Decido esperar un poco más, esperar a que las caricias sean menos fortuitas. Aprovecho un momento de silencio, miro sus labios y agarrando su mano, nos besamos. Lento, jugoso, perfecto. La chica me gusta, es guapa, divertida y aún queda mucha noche por delante.

Después de un rato más de charla y besos, ella me dice que si buscamos. Me quedo muy sorprendido, lo normal es que se lo hubiera dicho yo. Se nota que ando oxidado, casi ni me había fijado en los chicos que estaban por allí. Ella me dice que tiene a uno fichado y que ha estado con él hablando antes, simpático y tal. Levanta la mano descaradamente y le señala. En un primer vistazo, no me entusiasma, pero las hormonas hacen efecto muy rápido* y al roce de ella, de sus manos, de sus labios en mi cuello, en seguida me convence.

*(En esta nueva genética del ser humano, el tercero de los sexos, en un estado de excitación suficiente, sus hormonas le provocan un estado de éxtasis o bienestar, en el que puede aceptar naturalmente, a personas o individuos no del todo de su agrado. Es un mecanismo de la naturaleza, para facilitar la perpetuación de la especie. Por simplificar un poco, son algo más facilones.)

Bailamos un rato, haciéndonos ver, estamos borrachos y nos da igual pasarnos de la raya. Me lo estoy pasando bien. Él se ha dado cuenta hace rato y al fin, tras unos momentos de duda, se acerca a nosotros. Yo hubiera ido antes, mis amigos saben que lo haría, pero tampoco quiero que ella se piense nada raro.

Una vez hechas las presentaciones, todo sigue su curso, según lo esperado. Resulta ser también una persona bastante normal y con cierta gracia. Suficiente a esas alturas. Al final, parece que voy a conseguir lo que buscaba; sinceramente, después de cómo acabamos Mario, María y yo, lo necesitaba.”

Este último párrafo describe, más o menos, lo que sería una noche cualquiera de “ligue”, en este nuevo universo “trisexual”. No explicaremos, al menos por ahora, en qué consiste la “mezcla” o acto sexual. Nos parece demasiado complicado y sobre todo, no es el objetivo que teníamos con este texto. Todo lo expuesto, no es más que un boceto de esta teoría descabellada, para que cada uno lo pueda llevar a su ejemplo personal o preferencia sexual, de la manera que quiera. Por supuesto, esto incluye también el imaginar cómo sería ese momento sexual a tres bandas. Nos reservamos el derecho a preservar lo que nuestra degrada imaginación había creado, para tan divertido momento.

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