Todas las letras, hasta la uve doble, la misma equis, la te perdida, la be soberbia y andante, las vocales de una en una, y formando grupos de tercios y duplicados disfrazadas con sombreros; todas las letras, hasta las locas y extranjeras, las propias y las ajenas, las inventadas, como la lu y la noch, como esas efímeras de longitudes inaprensibles que nos susurra el viento, cualquier viento, todos los vientos también, y los números, del uno al site, del siete al treinta y uno, del primero al último, sin que nunca acabemos de llegar, sin que nos cansemos de contar y de contarnos.…
juntos
Sé que sé de esto, de tropezar para volver a escurrirme entre tus dedos, como tú de los míos…
Sé que sé de evitar las fusiones solares internas que solo parecen querer apagarnos entre las muchas voces, y los gritos, los gritos de la sangre irremediable.…
Y yo que solo veo la natural circunferencia de acabar por entenderse, los bordes suaves y gomosos de una vida sencilla, pasito a pasito, lentos, sin glotonerías, la potencia visceral de una charla cara a cara, ese sonido como húmedo de las manos cuando tocan, el ruido de la gente viviendo alrededor.…