Ni la nostalgia me queda,
sólo el frío quedo de los espejos
y el miedo de mi reflejo helado.
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Ni la nostalgia me queda,
sólo el frío quedo de los espejos
y el miedo de mi reflejo helado.
Estos textos no son más que una muestra de las noches que, aun con sueño, no nos permiten descansar. Un alivio del diario y la rutina. No le busques ni sentido ni historia, no son más que escritos del insomnio, remedios contra la vigilia.