¿Eres tú, simio de blanco
teñido, estás convencido,
un ser más civilizado?
Eres tú, egoísta y cruel
no humano, más avanzado
más capaz y organizado…
Desfiguras la verdad
en algo absoluto, pero
no exista en el mundo tal,
no hay absolutas verdades,
porque verdades hay tantas
como humanos que las piensan,
crean y defienden; sólo
el que en absoluto piensa,
la conciencia, incauto, pierde.
Tú, que toleras la muerte
de miles como tú, asados
de hambre, de injusticia y guerra…
Tú, que eres la diferencia
y piensas como una máquina,
perdido y frío, sin alma,
tú, que osas civilizar
pensando que tu visión
es la única, y los demás
no son más que pobres bárbaros
salvajes por ir desnudos,
sólo por ser más humanos.
No mereces la razón
que abanderas, ni la ciencia
con la que obtuso proteges
tus falsa moral e ideas.
Mereces desconectar,
levantar debes tu culo
del sofá y no creer más
lo que tus ojos te dicen,
lo que nunca has aprendido,
lo que nunca aprenderás,
desde ahí, bien embotado
en tu obscena humanidad.
Te haces civilizador
y no sabes lo que dices;
antes de civilizar
has de ser civilizado,
y civilizado no eres
si aún persigues al hermano,
si lo desprecias, dejándolo
expirar de hambre y de sed,
de cruda injusticia y guerra,
ahíto en tu concepción
de una vida diseñada
en y por la diferencia,
y en la atroz preeminencia
de tu criterio, construyes
el devenir de tu mundo,
rezando a la economía,
a su sirviente el dinero
y a hombres sin corazón.
Más te valía entender
mejor como marcha el mundo,
lo que eres y te rodea.
Antes de querer llamarte
civilizado, hombre, humano,
largo camino te queda.