Ella cada noche le dejaba en los besos,
que no era tan falsos,
pero ciertos tampoco.
Ella cada noche le dejaba y se iba,
a encontrarse con otro;
otro del que sólo era amiga.
Ella cada noche a él se entregaba,
y en sus brazos, desnuda,
lo que no tenía,
lo que nadie le daba,
en él, encontraba.