DE CAMINO A CASA
Si no fuera ese ciprés que me ciega,
aquel camino en el recuerdo: olores,
una risa, tu risa y los colores,
los de tu pelo y la luz que los riega.
Si no fueras tú, recuerdo que llega
de improviso, revolviendo montones,
destapando mi boca y sus rincones;
si no fuera yo, ni tú la que juega…
Bella y tranquila górgona, que atrapas
con la risa además de con tus ojos,
tu ausencia penetra todas mis capas;
no existe defensa frente a tu imagen,
menos la hay contra tu esencia esquiva,
¿quizá olvidada? no, tan solo al margen.