Niegas la salud a hombres y mujeres
por cuestiones de tu sucio dinero,
y en tu iniquidad rastrera pretendes
que abracemos tus modos con orgullo;
que rechacemos ser personas quieres,
al más débil derechos escondiendo
detrás de excusas crueles y serviles,
de tu falta de escrúpulos morales.
No hay hacienda ni futuro que valga
más que lo que cualquiera de nosotros
vale; lo importante no es lo que salga
de negarle vida a los indefensos,
cuidar a tu puto hermano, egoísta,
cuidar al que tienes al lado, a todos,
cuidar lo que somos, que no son más
que lo que tú puedes llegar a dar.