Me gusta tu cuerpo imperfecto
sus partes blandas
y también las duras,
iluminadas a veces,
las a veces ocultas.
Las cuevas distendidas,
los pliegues desovillados,
lo rosa y las grietas
azules que marcan
la ruta de tus interiores.
Me gustas, así,
humana,
tu piel que a veces va,
que siempre llega,
tus extremos y el temblor
de tu dientes cuando respiran.
Los pies en su reducto calloso,
la dulzura de ritmos
que guardan tus articulaciones
y el sigilo de las arrugas,
razón y sentido,
tiempos y vida,
sobre la sombra reflejan.
Me gusta tu cuerpo imperfecto,
por eso,
por no hallarse en perfección
que lo deforme y consuma;
cada lunar es un nuevo mundo,
y cada nueva vista,
cada espacio,
es un encuentro recobrado
con la noche vieja,
una porción radiante
de tu yo encarnecido.
Me gusta más
cuanto más humanos,
encontrarnos,
poco a poco,
deshechos,
flácidos,
ajados y usados,
calientes,
forrados de tiempo y saliva.
Imagen por: tinapple