Cambios

por Somnoliento

Ríos de oro se me escapan entre los dedos,
mientras ante mis ojos se deslizan
los años que entre las rocas bajan
rebotando, en el deshielo de los miedos.
Ya no existe el niño que soñaba,
la realidad acaba con el deseo infantil
de dominarlo todo, despierta
a la vida de la irreal inmortalidad
del que aún no conoce el camino,
del que aún cree que conoce su vida.
Avalancha de nieve nos entierra,
hiela lo que fuimos,
cuerpo, corazón y mente,
dejando la primavera en manos
de lo que seremos,
de lo que de nuevo,
debemos forjar desde cero,
a pesar de sus errores,
a pesar de lo que, sin querer, aprendemos.

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