A la sombra del monstruo
he vuelto a encontrarme con tus ojos,
de pupilas verdes, brillantes y abiertos.
A tu lado estaba el presente,
tu pasado y futuro.
A la sombra del miedo
he vuelto a rozarte; fue solo a veces
allá, en tus espacios, donde te creces,
donde te vuelves arena y agua,
sudor y fuego.
A la sombra de un árbol,
he vuelto a verte, más alta, mayor…
Tan dulce y lista, ¡ay! Sin la tensión.
Sin que tus ojos buscarán
los nervios de otras veces; sin tu pasión.