Hoy te he visto, creo, niña.
Hoy te he visto y como siempre,
cuando te veo, aunque sea de lejos,
aunque sea en el sueño, he sonreído.
Y es que verte de nuevo, niña,
es como volver a rozarte,
de lejos, con las manos;
de cerca, con los ojos;
profundamente, con los labios.
Verte de nuevo, niña, es tu risa,
tu mano sobre tu boca,
tus pechos y tu pelo, largo,
acariciándolos, casi ocultando
tus áureas proporciones.
Creo que te he visto, niña,
envuelta de nuevo en arena,
creo que te he visto reír
y como antes, me he reído contigo.
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