Así olías tú,
no sé cómo,
pero era algo así:
al sabor de besos;
a las caricias;
en días recién llovidos
en la calle revueltos;
al latido de tu piel escondida,
extraña y joven…
Así olías,
ya ves que no se cómo,
pero me deleito en el cuándo,
en que tu me olías,
también,
colorada de besos
sin más perfume que la risa.
Hoy te he vuelto a oler,
¿de cerca o de lejos?
No lo sé,
pero recuerdo haberte olido,
otra vez…