Me hubiera,
me habría gustado verte
como siempre,
dónde siempre,
para siempre
en el arriate de tu ventana,
que solo veo desde aquí,
observando el abismo
de esos futuros desvaídos;
me hubiera gustado verte,
como siempre,
en la frontera disuelta
de la espirales miríadas,
como siempre,
siempre que te veo,
nos vemos,
me hubiera gustado verte,
asomada a tu ventana,
colgados de la palabra
y sus posturas por lograr.
Me hubiera,
pero todo tiene que ver con el sueño,
con estar metidos dentro,
el uno del otro.